Un par de bolas

Probablemente, la antítesis de la elegancia sea la vulgaridad. En ocasiones, la línea que las separa es sutil: lo extravagante y sofisticado puede confundirse fácilmente con lo chabacano.

Hermès Pendulette Boule y Hermès Pendulette Boule Spirale.

Sin duda, Hermès (1837) es uno de los bastiones mundiales entre quienes entienden dónde está la diferencia. Su relación con la relojería viene de lejos, aunque en los últimos años se ha estrechado de manera notable. En 2003 inició su relación con Vaucher Manufacture Fleurier.

Vaucher es una de las manufacturas suizas más antiguas. Originaria de la localidad de Fleurier, fue fundada a mediados del siglo XVIII. La firma es una de las creadoras del sello de calidad Fleurier Quality Foundation.

En 2006, Hermès compró el 25% de sus acciones. Desde entonces su catálogo de relojes se ha enriquecido con modelos que son ejemplo de calidad técnica. El Arceau Temps Suspendu es un buen ejemplo.

La Montre Hermès ha seguido su política de adquisiciones. El pasado mes de octubre se hizo con el 32,5% del fabricante de cajas de relojes Joseph Erard Holding.

Maquinarias del Pendulette Boule y del Boule Spirale.

Sus dos bolas son relojes de sobremesa, pisapapeles de lujo que dan la hora gracias a maquinarias de primer nivel. Se dice que la línea de relojes ‘boule’ está inspirada en un viejo reloj que Emile-Maurice Hermès (1871-1951) tenía sobre la mesa de su despacho en el 24 de la calle Faubourg-Saint-Honoré, en París.

La caja del Pendulette Boule mide 65 mm de diámetro. Es de acero y su cristal esférico es mineral. La maquinaria es de cuerda manual. Horas, minutos y pequeños segundos a las seis. Agujas Breguet ‘pomme évidée’ y los números árabes característicos de Hermès que dibujan una fuga en espiral. Se vende por 3.950 euros.

El Pendulette Boule Spirale es una bola de cristal de 88 mm de diámetro fabricada en oro blanco que pesa más de un kilo (1.063 g). El cristal está formado por dos semiesferas de cristal óptico con efecto lupa. Vaucher Fleurier ha construido para este reloj un calibre de cuerda manual sin precedentes. El H1951 tiene cinco barriletes que le permiten una reserva de marcha de 200 horas. La espiral de su esfera también es de oro blanco. Lo único que sobresale de la esfera es un pulsador situado a las seis a través del que se accede al mecanismo de remonte y puesta en hora. ¿Su precio?

Por cierto, la casa del mensajero de los dioses también es accionista de Leica (en 2001 compró el 30% de las acciones).

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